Sebastián I de Portugal desapareció en la batalla de Alcazarquivir en 1578, cuando intentaba expandir su reino hacia el norte de África. Al no encontrarse su cuerpo, surgió la leyenda del sebastianismo: la creencia de que el joven rey regresaría para restaurar la gloria de Portugal. Esta esperanza mesiánica perduró siglos y reflejaba el anhelo popular por tiempos mejores.
Redacción