En las profundidades de Cuenca, España, se encuentran antiguas cuevas que durante la Edad Media sirvieron como refugio para libros prohibidos por la Inquisición. Este laberinto subterráneo fue clave para preservar obras filosóficas y científicas que, de otro modo, se habrían perdido. Hoy en día, algunas de estas cavidades pueden visitarse, ofreciendo un viaje a la resistencia cultural del pasado.
Redacción