Vienen paseando por la orilla del río
atardeciendo
en pleno invierno y lloviznando
dos viejos
cayado en mano y pelliza
vienen de ver los milanos
de cómo llegan a sus dormideros
que hoy había dieciocho milanos
pero que han llegado a contar hasta cuarenta y cuatro milanos
que hoy venían del norte
pero que generalmente vienen del sur
que por allí hay un vertedero
hace un frío que pela
-bajo cero-
pero allí
al sereno
ya de noche
nos pasamos media hora
hablando de milanos, de conejos, de los forestales, de los molinos de viento, del pan, de la despoblación
de que aquí los que quedan ya son pocos y viejos
de que tiene que seguir lloviendo
de que la tierra pide agua
de que el último bar cerró hace cuatro años
dicen que antes salían a cazar los fines de semana
que tiraban a todo lo que se movía
pero que ahora prefieren
verlos volar
que volando son majestuosos
que muertos no son nada
y que es una pena que no haya un bar abierto
para echar un vino
y seguir pegando la hebra
porque las palabras también abrigan
y el inverno es como un animal solitario.
© José Pastor González




gracias, muchas gracias