Frédéric Chopin, el célebre compositor polaco, falleció en París en 1849. Sin embargo, antes de su muerte, expresó su deseo de que su corazón fuera llevado de regreso a su amada Polonia. Cumpliendo su voluntad, su hermana Ludwika transportó su corazón en un frasco de coñac hasta Varsovia, donde fue enterrado en una columna de la Iglesia de la Santa Cruz.
Este acto simbólico ha sido interpretado como una expresión del profundo amor de Chopin por su patria, especialmente considerando que vivió gran parte de su vida en el exilio debido a la ocupación rusa de Polonia. El corazón de Chopin se ha convertido en un símbolo nacional y un punto de peregrinación para admiradores de su música y compatriotas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el corazón fue rescatado por los nazis y posteriormente devuelto a la iglesia, donde permanece hasta hoy. Este episodio añade una capa adicional de historia y significado al ya emotivo viaje del corazón de Chopin.
Redacción