jueves, septiembre 19, 2024

Año: II - Núm.: 687

Granada

José Luis Alvarado

Dijo el sabio griego que nada es comunicable por el arte de la escritura; tras apurar la copa de seca cicuta, su discípulo dilecto lo traicionó y acaso lo perfeccionó transmitiendo por escrito sus irónicos conocimientos. Como antes hiciera Montaigne, pienso que la obra de un autor se prolonga y modifica cada vez que se escribe sobre ella. La memoria, que fue oral y minoritaria, ahora se multiplica con cada palabra que integra y justifica el continuo universo, también llamado la Red.

Los domingos de Jean Dézert. (Jean de La Ville de Mirmont)

La rutina se convierte en gris monotonía cuando falta la imaginación. Jean de La Ville de Mirmont (1886-1914) fue un escritor en ciernes que...

El cielo en llamas – (Mário de Sá-Carneiro)

A finales del siglo XIX, el sionista Max Nordau defendió que los degenerados no son siempre los criminales, los anarquistas y los lunáticos más...

El buen soldado – Ford Madox Ford

Que una novela esté narrada en primera persona no extraña a nadie. Como sabemos, el narrador sólo cuenta aquello que conoce o que ha...

Los Dioses tienen sed – Anatole France

La Naturaleza nunca ha indicado el precio que pueda tener la vida de un hombre, y sin embargo, dice de mil maneras que no...

La metamorfosis – Franz Kafka

El día 8 de marzo de 1914, Franz Kafka (1883-1924) escribía en su diario: «Es indudable que me encuentro metido en un hoyo que...

La casa vacía – Algernon Blackwood

Lejos de la fama de escritores como H. P. Lovecraft o Ambrose Bierce, Algernon Blackwood (1869-1951) fue un exquisito escritor inglés, cultivador del género...

El país de los ciegos y otros relatos – H. G. Wells

H. G. Wells (1866-1946) se jactaba de que sus sueños, a diferencia de las anticipaciones científicas de Jules Verne, no se realizarían jamás. Lo...

El árbol de la ciencia – Pío Baroja

En el centro del Paraíso había dos árboles: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal....

Zuleika Dobson – Max Beerbohm

Para Stendhal el enamoramiento es una equivocación, una especie de fraude semiinconsciente que las persona cometemos, una y otra vez, para animarnos a seguir...

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