FALTABA MÁS-II

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FALTABA MÁS – II

Pedro Moreno


¿Cómo lo quiere, cortito como la otra vez?, pregunta el peluquero.

Sí, corto. Pero a ser posible sin trasquilones. Que la otra vez me dejó uno que ha tardado en taparse seis semanas.

O el trasquilón era grande o a usted tarda mucho en crecerle el pelo. Yo le aconsejaría el Abrótano Macho de toda la vida, ya verá como le crece el pelo más rápido. Fíjese, estoy consiguiendo con esta loción que los clientes que la usan vengan con más frecuencia a las peluquerías.

Usted lo que tiene que hacer es centrase en cortar bien el pelo y que no se le vaya la tijera.

¿Y en que anda metido ahora, don Pedro?

En un estudio sobre Isabel la Católica. ¿Sabía usted que existe una leyenda que dice que a Isabel le pitaba el coño?

Será a la Ayuso.

¡Usted cada día es más jilipollas, Ricardo! Y el cliente se lleva el primer trasquilón aposta sin darse cuenta.

Perdone Don Pedro, pero es que soy de Madrigal de las Altas Torres, cuna de Isabel la Católica, y me ofende que se hable mal de la reina.

Pues tiene usted muchas isabeles donde elegir y deje a la Ayuso en paz, que estamos en plena campaña electoral y estoy muy susceptible.

Pues por eso mismo se me ha venido a la cabeza, con tantos carteles de ella por la calle.

Además, ¿Isabel no era de Peñaranda de Bracamonte?

Ésa será la Ayuso.

¡Y dale con la Ayuso! ¿Quiere que le siga contando o no?

Vale, pero si entra un cliente cambie de tema.

Pues la leyenda dice que cuando Cristóbal Colón, que en realidad no se llamaba así, ya que su nombre era Cristóbolo Colombo…

Que ya van dos Don Pedro, que ya van dos.

¿Cómo que ya van dos?

Pues dos trasquilones que se va a llevar usted como no deje de decir barbaridades.

¿Y qué he dicho yo ahora?

Pues que Colón se llamaba Cristóbolo cuando es Cristóforo.

¡Me va a dar usted lecciones! ¡No se da cuenta de que yo soy el cliente! Si yo digo que los burros vuelan y que ahora es de noche, es que los burros vuelan y ahora es de noche.

Ras, ras, dos trasquilones más

Lo que usted diga Don Pedro, pero a este paso va a salir calvo.

No sé por qué lo dice. ¿Puedo seguir?

Puede, pero acuérdese, si viene un cliente …

Bueno, pues cuando Colón fue a pedirle dinero para viajar a América, la reina se quedó prendada de su gallardía y cada vez que tenían audiencia se oía un agudo pitido proveniente del trono real.

Se dice que fueron amantes.

¡Vaya si lo fueron!, es un hecho constatado, así como la fogosidad de la reina que daba unos alaridos cuando se encerraba con Colón que una vez tuvo que entrar la guardia real pensando que éste la estaba matando.

¿Y cuando lo hacían, le pitaba?

Viene en los escritos de la época, que le pitaba el coño como a una locomotora.

Yo no le quiero faltar, Don Pedro, pero en esa época no había locomotoras.

Faltaba más que usted me faltara, peluquero de barrio. Si yo digo que le pitaba como a una locomotora es que le pitaba como a una locomotora, y punto.

No se enfade conmigo, entiendo que debe de tratarse de un símil.

¿Un símil? Muy bien Ricardo, muy bien. No sabía que usted fuera tan culto.

El cliente se lleva un cuarto trasquilón.

Pues ya hemos terminado Don Pedro.

¿Me ha hecho algún trasquilón?

Alguno se lleva puesto.

Páseme el espejo, por favor.

Don Pedro no da crédito a lo que ve. Se levanta del sillón bufando.

¡Deme una tijera! ¡Esto lo arreglo yo!

¿Pero qué va a hacer?

¡Deme una tijera, le digo!

El peluquero le entrega la tijera. Y se queda de piedra cuando el cliente se vuelve hacia él, le coje del flequillo y se lo corta.

Así estamos en paz, el cliente pide su abrigo.

Me debe el corte de pelo.

¿Y qué pasa, que yo no cobro por lo del flequillo?

El cliente sale satisfecho de la peluquería. Piensa en el anacronismo que iba a cometer con lo de la locomotora, y lo de Madrigal de las Altas Torres… ¡y lo de Cristóforo!, que no se me olvide. Este Ricardo no deja de sorprenderme.

Vuelve a entrar en el local y paga, con la propina de costumbre.

¿Un bote de Abrótano Macho, Don Pedro?

Mejor dos.

© Pedro Moreno. Agosto 2023

2 COMENTARIOS

  1. Con la lectura de estos relatos cortos el autor, del cual tengo el gusto de ser su amigo, consigue sacarnos una sonrisa de complacencia. Es una característica propia de él, empujar a los demás a q tengamos una vida más agradable.

  2. Con la lectura de estos relatos cortos el autor, del cual tengo el gusto de ser su amigo, consigue sacarnos una sonrisa de complacencia. Es una característica propia de él, empujar a los demás a q tengamos una vida más agradable.

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